Picoroco: Un Vasco en la zona de las Salesas

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Situado en el barrio de las Salesas (Calle Orellana 19), Picoroco acaba de abrir sus puertas hace un par de semanas con una oferta gastronómica basada en la cocina tradicional vasca con el toque personal de Itxaso Elosegui, chef y propietaria de este local.

Se trata de una joven cocinera de Tolosa que lleva media vida dedicada a la cocina. Ahora, y tras 18 años de trabajo a su espalda, ha apostado por dar su primer paso en solitario con la apertura de Picoroco. Un espacio en el que ha decidido plasmar su especial forma de entender la cocina vasca. Esa que pasó de las abuelas a los padres y ahora se renueva de la mano de una tercera generación, la 3.0.

Itxaso empezó su formación en la Escuela de Hostelería Joviat de Manresa durante dos años, continuó en CEBANC en País Vasco, y terminó en la escuela de Luis Irizar. Una vez finalizados, trabajó con grandes genios de la cocina de los que aprendió el respeto a la profesión. Entre ellos, Martín Berasategui, Pedro Subijana o Karlos Arguiñano.

Las señas de identidad de este local son el producto de primera calidad, presentaciones cuidadas, sabores y olores que recuerdan a los de antes,y pasión por los fogones.

En Picoroco los fogones no descansan, empiezan temprano preparando una estupenda carta de desayunos para pasar a una selección de platos en los que la protagonista es la materia prima. También disponen de sugerencias “fuera de carta” según lo que haya cada día en el mercado, y bajo petición del cliente para que puedan sentirse como en casa.

La carta comienza con un “de picoteo” en el que destacan las Croquetas de jamón y bacalao y su particular Tapita de ensaladilla rusa con ventresca y picos. Continúa con una serie de entrantes en los que priman las verduras de temporada como las alcachofas que se preparan de distintas formas –en salsa, a la parrilla o fritas-. Los Pimientos del piquillo rellenos de morcilla con jugo de carne se han convertido en uno de los sellos de la casa.


No podía faltar el cuchareo, una de las especialidades de Itxaso, como sus sabrosos Garbanzos con pulpo o los arroces, como el meloso de cigalas y calamar. Los pescados son también una seña de identidad de la cocina de Picoroco, las exquisitas Kokotxas de bacalao con su pil-pil o el Rodaballo a la parrilla con su refrito son dos de las opciones.


El punto dulce lo ponen el trampantojo de Espaguetis carbonara, para los más atrevidos; la Tarta de queso horneada, para los más clásicos; o el Coulant de chocolate negro con cítricos, para aquellos que sean más golosos. Postres caseros que ponen de manifiesto lo excelente repostera que es Itxaso.

Una cuidada selección de vinos completa la propuesta gastronómica de Picoroco. Referencias de Denominaciones de Origen de toda la geografía española que armonizan a la perfección con el mensaje que Picoroco quiere transmitir.

En cuanto al espacio, crear un ambiente acogedor en el que sentirse como en casa ha sido el objetivo a la hora de dar forma al espacio. Un lugar cálido que invita a desconectar en el que prima el minimalismo y los colores tierra en la tapicería y mantelería de las mesas.


Picoroco está dividido en cuatro espacios a dos alturas. Tres de ellos destinados a comedor y uno a reservado con capacidad para 22 personas. Un lugar íntimo en el que disfrutar de su cocina sin distracciones.

Madera, forja y mármol han sido los materiales clave para crear el ambiente relajado que sus propietarios buscaban dejando a la vista una cava acristalada en la que descansan las diferentes variedades de vino que se encuentran en carta.

El foco de color del espacio lo marca una pared decorada con txapelas en los mismos colores del logo. Un sutil guiño a su apellido y al origen de la propuesta gastronómica del restaurante.

En definitiva, todo un guiño a la cocina vasca de calidad con toques renovados que no dejará indiferente a los paladares más sibaritas.

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